Hoy es un día especial en Cintia’s Love in Action, porque es el primero que te traigo un post de invitado. Esto significa que, de vez en cuando, otras personas se pasarán por aquí para explicarte ellos de primera mano su historia o algo que sea de tu interés siempre relacionado con los temas que tratamos en Cintia’s Love in Action.
Y hoy, te traigo a Israel Huerta de el blog El bloguero novato, donde te va contar algo que puede ser de gran interés para tí.
Israel está disfrutando de un año sabático gracias a una excedencia voluntaria que se pidió en el trabajo (yo también lo hice así). He pensado que el tema de las excedencias voluntarias es muy interesante y le he pedido que se pase por el blog y te lo explique, ¿qué te parece?
Pues nada, te dejo con él. ¡Espero que lo que Israel tiene para contarte aporte luz a tu camino!
¿Una excedencia voluntaria?
La excedencia voluntaria en mi trabajo me ayudó a tomar una de las decisiones más importantes de mi vida.
Yo trabajaba en una gran multinacional con un gran sueldo y un empleo fijo. Llevaba trabajando más de 15 años en ella, pero con el tiempo me di cuenta de que no era dueño de mi tiempo.
Hoy te quiero contar cómo transformé mi vida de la noche a la mañana y decidí tomarme un año sabático para vivir de dos de mis grandes pasiones: el blogging y los viajes.
Quiero contarte cómo viví todo el proceso, qué me rondaba por la cabeza en ese momento mágico en el que decidí darle un giro de 360º a la vida que llevaba y cómo lo estoy viviendo ahora.
¿Cómo empezó todo?
No sé si te ha pasado alguna vez, pero a mí cada vez se me hacía más cuesta arriba la rutina. Un rutina vacía donde no me atraía lo más mínimo lo que hacía.
¿Era esto lo que me deparaba la vida? Tenía 35 años y sentía que me había perdido unos cuantos cuantos años por el camino, años de disfrutar un poco más de la vida y de lo que realmente me gustaba hacer.
Más de una vez imaginaba mi vida perfecta y no era la que tenía en ese momento.
Por mi cabeza siempre rondaba una pregunta: “¿Y por qué no puedo vivir esa vida tan deseada? ¿Qué me lo impide? ¿Por qué otros sí y yo no?”
Te juro que estuve así un año largo. Recuerdo que no me encontraba bien conmigo mismo. Estaba angustiado todo el día viviendo una vida que no deseaba, que no era la que yo tenía en aquellos momentos.
Incluso cuando solía volver de las vacaciones, me daba cuenta de que tendría que esperar otros 12 meses para poder viajar o hacer realmente lo que me gustaba en ese periodo de descanso en el curro y me ponía malo.
Fue entonces cuando ya no pude más. Debía de tomar una decisión. Se trataba de algo que no podría mantener durante mucho más tiempo pues estaba llegando a enfermar.
Tenía que crear un plan maestro para salir de esa rutina. Cambiar mi estilo de vida.
Necesitaba un tiempo para mi, un año sabático para sanarme y cumplir todos mis sueños. En definitiva, un tiempo en el que centrarme y buscar mi felicidad.
A veces un año sabático puede llegar a curarte más que un psicólogo o psiquiatra. Cintia escribió un post al respecto con el que estoy totalmente de acuerdo: ¿Psicólogo, psiquiatra o año sabático?
Mi primer problema: el maldito dinero
Yo quería disfrutar de dos de mis grandes pasiones: escribir y viajar. Pero claro, no tenía tiempo para ninguna de las dos cosas.
Así pues, de regreso de un intenso viaje a la India por vacaciones, ya no pude más y decidí cambiar mi vida.
¿Qué tal vivir de mis dos grandes pasiones? Monetizar un blog mientras viajase. Y así lo hice.
Durante un año estuve tejiendo una estrategia firme que me permitiese poder cambiar mi vida y vivir de mi blog.
El problema venía cuando comenzaba a planificar los próximos pasos que me permitirían poder emprender mi plan maestro. Ese plan con el que estaba seguro comenzaría a ser feliz. Y ese problema era el dinero. ¿De qué viviría? ¿Tendría que perder un trabajo estable y seguro en los tiempos que corren?
De hecho este tema frenó mis planes durante mucho tiempo. El maldito dinero.
La solución a mi problema
Ahorrarlo no era problema. Podría vivir con él durante unos meses y luego emprendería alguno de mis proyectos para poder vivir de ellos. Pero, ¿y si todo salía mal?
No suelo ser una persona pesimista, sino más bien optimista y luchadora, pero a veces, irremediablemente, hay que poner los pies sobre la tierra.
Así pues descubría el tema de las excedencias voluntarias. Una ayudita para no perder tu actual puesto de trabajo y poderlo recuperar sin problemas a la vuelta de tu año sabático si las cosas no han salido como esperabas. Te explico un poco más sobre las excedencias al final del post.
Tenía 12 meses por delante para cumplir mi sueño.
¡Cojonudo!
El tema del trabajo resuelto y el del dinero a corto plazo también.
Quería trabajar por mi cuenta, ser dueño de mi tiempo como te cuento en este post: Quizás ha llegado el momento de trabajar por tu cuenta
Aún con estos dos pilares solucionados, quedaban más flecos y temas por solucionar para poder dar ese gran paso.
La rueda de la sociedad no me acompañaba
Fue un año bastante duro, para que te voy a engañar. Lo que más me costó fue salir de mi zona de confort, la pesada rueda de la sociedad y dejar el curro, aún decidiendo pedir una excedencia. En este post Cintia te cuenta como puedes dejar tu trabajo para ser libre.
Tuve que escuchar mil comentarios desmotivadores. Todo el mundo me tenía como un loco por los tiempos que corrían con la situación laboral. Además, vivir de internet parecía muy difícil de conseguir aún sabiendo que existían muchas maneras de ganarse la vida en este canal. De hecho escribí algo que te puede ayudar mucho a tí también: 25 formas de ganar dinero con tu blog.
Mi familia y amigos más allegados no entendían mi idea y eso me desanimaba, me hacía perder fuerza y ganas de continuar con mi proyecto. Sin embargo sabía que lo hacían con cariño por el simple hecho de protegerme. Pero esa protección era como un veneno para mi.
Necesitaba enseñarles qué era realmente lo que quería y demostrarles que valdría la pena.
Esto casi acaba con mis planes. Los dichosos comentarios y opiniones de amigos y familiares. Sentía cómo mi sueño desaparecía poco a poco. Quizás ellos tenían razón. Llegué a pensar incluso que me había convertido en un inmaduro y que debía de aguantar en mi trabajo y con mi vida, al fin y al cabo, no todo el mundo es feliz en esta vida.
Mi antídoto contra los comentarios desmotivadores
Dios mío, menos mal que esto se me pasó rápido. Si no, no sé que sería de mí en estos momentos.
Me alejé sutilmente de aquellas personas que no me ayudaban con sus comentarios y me acerqué un poco más a aquellas que, simplemente escuchándome, me animaban con sus palabras y confiaban en mí. Creo que aquí se demuestra quien te quiere de verdad.
El tema de la familia es otra historia. Tu familia siempre quiere lo mejor para ti y, egoístamente, prefieren que sigas con tu trabajo y rutina para así tener un futuro asegurado.
Quizás este tema fue otro de los que más me afectó. Pues obviamente mi familia no veía bien mis planes y me costó mucho hacerles ver que no estaba bien y que necesitaba un cambio radical en mi vida, pensar un poco más y ser dueño de mi tiempo.
Sin embargo, poco tiempo después, confiaron en mí y aquí estoy.
¿Y ahora qué?
Una vez tomada la decisión, ya no había marcha atrás.
Comuniqué a mi trabajo el tema de mi excedencia y me la aceptaron sin problemas.
Sin embargo, seguí escuchando más comentarios negativos. Y yo, seguía haciendo oídos sordos.
Mi familia ya estaba avisada al igual que mis amigos y pareja. Tenía el apoyo de todos ellos (a los que me había arrimado).
Y llegó el día.
El primer día de mi nueva vida
Mi primer día de mi año sabático. Ese año en que tenía que hacer todo lo posible para construir la vida que siempre había querido.
No tenía muchas oportunidades y debía ir a por ello. Al fin y al cabo sólo tenía 12 meses para intentarlo, el tiempo que duraría mi excedencia.
Recuerdo el primer día cuando el despertador sonó a las 7 de la mañana y no sabía si debía levantarme como cuando trabajaba o seguir durmiendo un poco más.
Era un sensación tonta de remordimientos y sentido de culpabilidad. ¿Pero por qué?
No es fácil cambiar tus rutinas y estilo de vida de la noche a la mañana.
Lo que hice en las siguientes semanas fue ir apuntando todas aquellas cosas que siempre me habían jodido de mi vida e irlas cambiando progresivamente:
- Horarios. Cree el mío perfecto. Hora a la que me levantaría, hora de la comida, horario de trabajo, etc.
- Actividades que siempre había querido practicar pero que por falta de tiempo nunca había podido iniciar: patinaje, pintura, etc.
- Tipo de alimentación que quería llevar ahora que tenía más tiempo para cocinar e ir a la compra.
- Ahora que no tenía un horario fijo y que me esclavizase, podía viajar entre semana (que es más barato) sin dar ninguna clase de explicaciones.
- Yo era mi propio jefe, podía marcarme mis propios objetivos y decidir lo mejor para mi negocio, mi blog.
Y poco a poco lo he ido puliendo para empezar a disfrutar de este año que me queda por delante. Año que espero sea el inicio de muchos más.
Mi nuevo negocio
En cuanto a mi propio negocio, la verdad es que también asusta un poco y puede llegar a ser un tanto estresante.
Y he aquí la parte negativa de todo esto.
Cuando eres el propietario de tu propio negocio, debes de tener una visibilidad sobre las ganancias futuras del mismo.
Y a mi eso me costó.
Recuerdo que tuve que planificar todo el proyecto más exhaustivamente y marcarme objetivos a corto y largo plazo. Al fin y al cabo, tenía que conseguir dinero lo antes posible para que el blog fuese viable. Y así lo hice.
A día de hoy ya he comenzado a ganar mis primeros ingresos y las visitas del blog comienzan a crecer mensualmente.
Esto funciona.
Balance de mis primeros meses
La mejor decisión de mi vida. Eso es lo que contesto yo cuando me preguntan sobre mi año sabático.
Y es que no me puedo quejar. Todo está yendo como me había imaginado.
Estoy mucho más tranquilo y ahora puedo decir que estoy disfrutando de mi vida.
Cero estrés, 100 por 100 motivado y con ganas de todo.
Sé que puede llegar a ser un poco difícil de entender incluso de creer. Pero es cierto.
No te voy a negar que a veces hay días malos, pero se camuflan bastante bien entre la inmensidad de días buenos.
Tardé un par de meses en habituarme a la nueva rutina y forma de trabajar. Pero cuando luchas por tus sueños, todo es cuesta abajo.
Ahora disfruto de un día trabajo en una cafetería chula del centro de Madrid y otro día en Tánger en un hotel.
Estoy satisfecho.
Además, todos los objetivos que me he ido marcando en el blog se van cumpliendo con creces y no tengo esa presión.
Y si la cosa sale mal, sé que tengo mi antiguo trabajo esperándome. Tengo esa seguridad gracias a la excedencia laboral que cogí.
¿Te interesaría saber más detalles al respecto?
Pues a continuación te explico todo el tema de la excedencia por si es ese es uno de tus frenos.
¿Qué es una excedencia laboral?
Una excedencia laboral es un periodo en el cual dejas de currar en tu trabajo actual y en ese tiempo la empresa deja de pagarte y cotizar por ti. Obvio. Tu a cambio, dejas de trabajar allí.
Existen dos tipos de excedencias: la voluntaria y la forzosa.
La voluntaria es la que yo me cogí. La forzosa es aquella que, como su nombre indica, la empresa te obliga a coger por diversos motivos, por ejemplo, por tener un cargo público importante (imagina que te eligen alcalde de tu pueblo).
La excedencia voluntaria es un derecho laboral y por tanto cualquier trabajador español podrá acogerse a él. No obstante, existen ciertos requisitos.
¿Qué requisitos tiene la excedencia voluntaria?
Los requisitos para cogerse una excedencia laboral son los siguientes:
- Debes de llevar trabajando en tu empresa al menos 1 año desde la fecha de la firma del contrato.
- El periodo de excedencia podrá tener un plazo de entre 4 meses y 5 años.
- No hace falta dar explicaciones de por qué te quieres coger una excedencia. Sin embargo, no puedes incumplir ninguna de las cláusulas de tu contrato o convenio laboral. Por ejemplo, si en tu contrato pone que no puedes trabajar en la competencia, obviamente no podrás hacerlo. Si lo haces, podrán prescindir de ti incluso si ya te encuentras de excedencia.
- Si ya te has cogido otra excedencia previamente, deben de pasar al menos 4 años para poder cogerte una segunda excedencia.
Asimismo, durante tu excedencia voluntaria, la empresa guardará tu antigüedad laboral. Es decir, cuando reingreses de nuevo (si es que vuelves), tu antigüedad laboral se reanudará.
También he de comentarte que la excedencia voluntaria es un derecho laboral pero no obliga a la empresa a readmitirte siempre. Es decir, con la excedencia voluntaria tienes derecho a que la empresa te reserve tu puesto laboral en ella, pero si cuando te vayas a incorporar a la empresa, ésta no tiene puestos vacantes, deberás de esperar a que los tenga.
Además, la empresa, durante tu primer año de excedencia, te guardará esa preferencia de reingreso en un puesto igual al que tenías o similar en cuanto a categoría. Si eres familia numerosa, este plazo se puede ampliar hasta los 15-18 meses.
A partir del segundo año, la empresa podrá recolocarte en cualquier puesto de la empresa para el que estés capacitado.
No obstante, aunque todo lo que te estoy comentando viene recogido en el artículo 46 del Estatuto de los Trabajadores, deberás de revisar el convenio de tu empresa ya que algunos plazos pueden variar así como las circunstancias.
¿Cómo se solicita la excedencia voluntaria en el trabajo?
La excedencia voluntaria se pide a la empresa por escrito. Y cuando digo por escrito es por escrito. Siempre debe de existir un papel firmado por ti en el que también figure la firma de tu departamento de RRHH o persona que se encargue de ello. Por eso siempre deberás de tener dos copias. Una para tí con esas dos firmas y otra para la empresa.
En el papel deberán de figurar las fechas exactas del periodo de excedencia.
Recuerda que no hace falta indicar el motivo de la excedencia siempre y cuando no incumplas el contrato o convenio.
Te dejo un link con un modelo de carta para que puedas descargártela: Solicitud de excedencia
Intenta entregarla dando un plazo de unos 15 días en adelante para que la empresa pueda organizarse. Además piensa que siempre es mejor facilitarle todo a la empresa ya que después, si queremos volver, este tipo de acciones son las que mejor van a recordar.
Una vez entregada la solicitud, la empresa ha de contestarte diciéndote si te conceden o no la excedencia. Recuerda que debes de cumplir con los requisitos que te comenté anteriormente para que te la concedan. Si no, podrías reclamar.
Si te la conceden, normalmente la empresa te liquidará las vacaciones pendientes, pagas extras y similares por si finalmente no decidieras volver.
¿Y qué pasa cuando finaliza la excedencia voluntaria?
En caso de que ese año sabático te haya hecho pensar mucho y quisieras regresar a tu antiguo trabajo, debes de enviar por escrito una solicitud de reingreso antes de que finalice el periodo de la excedencia.
En este punto, la empresa puede aceptar tu reingreso (tiene puestos vacantes), denegarlo hasta que hayan nuevos puestos (deberá de demostrarlo) o comunicarte que no quiere readmitirte aún habiendo vacantes libres (aquí podrías demandar a la empresa).
Como ves, todo tiene solución. Si tienes trabajo, puedes pedirte una excedencia laboral. Es sólo un seguro para quedarte tranquilo y así poder alcanzar tus sueños más fluidamente gracias al año sabático.
¿Y ahora qué te lo impide?
Como ves todo tiene solución.
Si ya tienes trabajo, puedes pedir una excedencia.
Para el tema del dinero, siempre puedes ahorrar una cantidad o emprender un pequeño negocio como el mío. Piensa en aquello que siempre deseaste dedicarte y que por falta de tiempo nunca pudiste empezar.
También podrías vender todas aquellas cosas que te sobran y juntar dinero para viajar y poder vivir un tiempo. Seguro que tienes ropa, muebles o enseres que no utilizas desde hace muchísimo tiempo.
Otra opción podría ser la de irte a trabajar a otro país a cambio de vivir una nueva experiencia conociendo la zona o simplemente aprendiendo el idioma. Así pues, matas dos pájaros de un tiro. Además este tipo de trabajos suelen ser de media jornada y terminan convirtiéndose en una experiencia única. Te dejo una web donde puedes encontrar algún trabajo de este tipo: http://trabajarporelmundo.org/
Apóyate en la gente que te pueda motivar y aléjate de aquella que sabes no te va a apoyar o desmotivar.
Crea un plan perfecto para ti con una meta visible.
Un año sabático no es un año en el que te vas a tocar las narices. No.
Se trata de un periodo en que quieres cumplir uno de tus objetivos sin ataduras de ningún tipo.
Y por último piensa en todo aquello que experimentarás. Todo aquello que siempre quisiste hacer y que por culpa de la rutina no has podido cumplir.
Viajar, disfrutar de la familia, amigos y pareja, conocerte a ti mismo, …en definitiva más tiempo para ti. Aprenderás a ser dueño de tu tiempo.
En este otro post, Cintia te habla de las maravillas que ha podido hacer durante su año sabático: 70 cosas que hecho durante mi año sabático (¡y no las cambiaría por nada en el mundo!)
¿A que te da mucha envidia?
Y tú, ¿a qué esperas para cogerte un año sabático?
Es tu turno…
¿Te habías planteado la posibilidad de cogerte una excedencia voluntaria?
¿Ves un poco más fácil el camino con la información que aquí te hemos ofrecido?
Te vemos en los comentarios (¡¡un poquito más abajo!! 🙂 )
- Excedencia voluntaria en el trabajo: Tu seguro para un año sabático - 24 octubre, 2016
Que bonita historia llena se sueños e ilusiones y con un trabajo bien hecho, soys un ejemplo a seguir. Tengo una pregunta. ¿Cuanto tiempo calculasteis tu y Cintia en que vuestro blog generará ingresos desde el momento de cogeros la excedencia?
Muchísimas gracias Juan. En mi caso yo calculé unos 6 meses aproximadamente pero trabajando a tope para llegar a cumplir mi objetivo, el cual poco a poco veo que voy cumpliendo. 😉 Un abrazo,
Isra
Seis meses está muy bien, otra preguntilla. ¿Cuanto tiempo llevabas con tu blog en marcha antes de dar el paso a la salida de la esclavitud? Un abrazo para ti también no conocía tu blog ? está muy currado.
Yo llevaba ya unos años con el blog. Aproximadamente desde el 2013. Sin embargo lo tenía como hobby y había muchas épocas en las que lo desatendía. Me podía pasar muchos meses sin escribir. Ya a principios de este año empecé a tomármelo más en serio y a darle caña al blog. Y en esas estoy . 😉 Un abrazo,
Isra
¡Hola Juan!
Me alegro mucho que el post de Isra te haya gustado! En cuanto a tu pregunta… pues la verdad es que yo no tenía claro cuando mi blog empezaría a generarme ingresos. Yo calculaba que tardaría una media de 1 año (que es lo que más o menos todo el mundo acostumbra a tardar hasta tener unos ingresos medio decentes).
En mi caso, aposté por el mentoring y el proceso se ha acelerado. Si diseñas una buena estrategia, podrías aprovechar la excedencia para meterle caña al blog. Al no tener que trabajar, puedes centrar todos tus esfuerzos en el blog. ¡Es una posibilidad!
Espero que poco a poco vayas viendo más claro el camino. Un abrazo y toda la suerte del mundo para tí compi!
La cara práctica (y también necesaria) de la aventura. Buen post.
Para muchos, la excedencia es la posibilidad que le va a permitir lanzarse o hacerlo con menos presión.
No es mi caso, pero sé que es una buena herramienta para lanzarse.
Me viene a la mente una metáfora divertida. Mi hija hace poco estaba aprendiendo a andar. Y cuando le soltaba mi mano se caía, y no porque no pudiera hacerlo (ya que yo no la sostenía, solo sujetaba suavemente su mano) sino por miedo.
La enseñé a hacerlo cogida a un muñeco que yo también sostenía. El muñeco era nuestro punto de unión.
Después yo solté el muñeco y ella (creiéndose sostenida) andó perfectamente.
La excedencia puede ser el «muñeco» que te hace sentir seguro para poder desarrollar las habilidades que ya tienes.
Genial.
Un abrazo a los dos.
Hola Cristina,
me ha encantado la metáfora. Y sí, efectivamente, la excedencia puede ser ese «muñeco» que puede llegar a darte seguridad al menos durante ese año sabático.
Lo ideal es que, como bien dices, poco a poco vayas soltando ese muñeco (esa seguridad que te da la excedencia) y confíes en tus habilidades para hacer todo aquello que realmente te hace feliz.
Un abrazo,
Isra
¡Hola Cristina!
¡Genial metáfora! La verdad es que puede parecer una tontería, pero sentir que «el muñeco está cerca» nos da seguridad, y parece que si nos caemos, el golpe será menos duro… (o será más fácil levantarse).
Sin duda alguna el tema de la excedencia es el muñeco salva-vidas para muchas personas, pero por otro lado, a mi también me parece un poco triste que en general siempre vayamos buscando la seguridad por todos lados, y el hecho de no encontrarla, a veces suponga pagar precios elevados como en algunos casos la renúncia de nuestros sueños.
Cuando hablo de esto, me voy más allá… al sistema… a la educación que recibimos que más que animarnos a volar y asumir riesgos, nos anima a buscar eternamente la seguridad, a confiar muy poco en nosotros mismos y en nuestros recursos y eso tiene muchos otros efectos colaterales (en mi opinión)
Pero nada… si hay muñeco… mucho mejor!!! Para qué vamos a negarlo!!!!
Un abrazo linda y gracias por pasarte por aquí!!
Muy interesante el post, muy realista y te hace ver que esto del año sabático es más fácil de lo que parece. Muchas gracias Israel por compartir tu historia y a ti Cintia por este blog que te regarga las pilas 😉
Muy interesante el post, muy realista y te hace ver que esto del año sabático es más fácil de lo que parece. Muchas gracias Israel por compartir tu historia y a ti Cintia por este blog que te recarga las pilas 😉
Me alegra que te haya gustado el post Elisa.
La verdad es que siempre he recomendado un año sabático ya que logras «resetear » tu vida y dedicarte o poner tu foco en aquello que realmente deseas.
Un año sabático no es que sea fácil o difícil. Todo depende de las ganas que tengas de realizar ese «reseteo» del que hablo.
Yo cuando empecé a darle vueltas al asunto no sabía cómo poner en práctica mi año sabático, pero fueron tantas las ganas que tenía que todo vino sobre ruedas. Busqué soluciones hasta debajo de las piedras 😉
Ahora soy feliz y puedo dedicarme a lo que realmente me gusta y me motiva.
Un abrazo,
Isra
Hola chicos!
Gran post, Isra, me ha gustado mucho y ver hasta qué punto a ti también te mola viajar (tanto hablar sobre Facebook y tecnología y habíamos dejado esa parte, hehe).
Yo cuando me fui a viajar un año no me cogí la excedencia ya que directamente dejé mi trabajo. Pero está genial contar con la información que has escrito, Isra, y considerar esa como una buena opción.
Un abrazo a los dos, chicos!
¡Hola Patricia!
¡Entonces tú fuiste de las valientes! Con un par… jajaja. Yo creo que lo de viajar es un virus que casi todo el mundo tiene!! Aunque nos gusten otros temas, ya sean tecnología, meditación, crecimiento personal o lo que sea… lo de viajar es algo que fascinante, por ello, quien más quien menos, el tema le interesa.
La verdad es que la info que Isra nos aporta, es muy interesante para el que se lo esté planteando!
Otro abrazo de vuelta para tí linda!
Que tengas un gran día <3
Hola Patricia,
pues sí, tu fuiste más valiente que yo. Jajaja . La verdad que este año sabático, además de permitirme escribir y pasar más tiempo dedicándome a mis aficiones, estoy pudiendo viajar como un loco.
Creo que viajar es de las mejores cosas que he podido hacer en mi vida. He aprendido mucho conociendo otras culturas, otras formas de vivir la vida y además he tenido mucho tiempo para pensar y replantearme cosas. 😉
Un abrazote fuerte,
Isra
Hola Israel y Cintia.
Pues yo fui más a saco, ni excedencia ni nada.
Pacté un despido en mi anterior empleo y capitalice la prestación, teniendo en cuenta que anteriormente fui también funcionario tenia una importante suma de años cotizados.
Así pude afrontar gastos de inversión, cuotas de autónomos, etc.
Este tipo de post prácticos y con chicha, son los que me molan.
Un abrazo!!
Hola Miguel,
yo también pensé en esa opción, pero como ya tenía un poco de dinero ahorrado para lanzar mi negocio, pensé en guardar esa alternativa para más adelante. Aún así, me parece muy valiente tu caso. 😉
Un abrazo y gracias por el comentario.
Isra
¡Hola!
Mi más sincera enhorabuena. Por todo. Por el artículo. Por el salto. Por tus sueños cumplidos.
Ahora tienes que luchar por la libertad, merece más la pena que la seguridad. La seguridad no existe.
Atravieso una situación similar, más no he solicitado excedencia. Me marcho.
Confío en mí, en el poder de las personas para reinventarse y vivir de lo que realmente les apasiona.
Cintia, Isra, no dejéis de seguid inspirando a seres inquietos y curiosos.
Aquí uno de ellos.
Manu.
Hola Manu,
me alegro de que el post te haya gustado.
Enhorabuena por ese paso que has dado. Ya verás como no te vas a arrepentir.
Uno tiene que luchar y reinventarse constantemente, como bien dices tú, para vivir de lo que realmente nos hace feliz y apasiona. Si no, la vida no tiene sentido.
Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo grande,
Isra
¡Hola Manu!
Me alegro mucho de que tú también hayas decidido saltar y dejar atrás la falsa seguridad. Nada merece más que luchar por nuestros sueños! Felicidades por el gran paso que ya has dado. Se trata de eso… de ponerse a caminar, y tú ya has empezado.
Mis mejores deseos para tí de todo corazón!
Nosotros seguiremos por aquí inspirándote y acompañándote en la distancia en esta aventura tan apasionante.
Un abrazo enorme!
Cintia
Hola Israel y Cintia,
Me gusta conocer a personas que son capaces de hacer un cambio de rumbo en sus vidas y este artículo me encanta.
Al final se trata de soltar lo que no te hace feliz. Ese paso te da un poder increible, luego viene disfrutar con tu pasión y poder vivir de ella.
Nosotros, los emprendedores o gente curiosa, ya sea con excedencia o sin ella tenemos todo a nuestro favor, cada mañana nos levantamos y decidimos realizar lo que nos apasiona.
Un abrazo a todos los que habeis opinado y muchas gracias a Israel y Cintia por inspirarme para seguir soltando lo que ya no me sirve.
Hola Jorge,
muchas gracias por tus palabras. Como bien dices, en la vida uno debe de ir eligiendo lo que le hace a uno feliz y liberarse de aquello que nos produce una carga o nos impide esa felicidad. Ni te imaginas lo feliz que soy ahora y todo lo que he ganado en los últimos meses a nivel personal, mental y emocional.
Ojalá todo el mundo pudiera tomarse un año sabático para pararse a pensar qué es lo que realmente importa en la vida y comenzar a vivirla de otra manera, apreciando lo que le hace a uno feliz.
Un abrazo grande,
Isra
Hola Jorge!
Así es, hay que soltar todo lo que no te hace feliz. Como yo siempre digo… no estamos aquí para marear la perdiz. Y cuanto más la mareamos, más tiempo pasa sin saber quienes somos y más retrasamos el encuentro con la verdadera felicidad.
Así que genial! A seguir levantándose cada mañana llenos de pasión y a seguir siendo honestos con nosotros mismos para seguir soltando más cosas que tal vez todavía sobren.
Un abrazo enorme emprendedor feliz!!!
Me alegro un montón Israel, seguimos en contacto. Estaría bien poder conocernos en persona. Si te enteras de algún encuentro de Bloggers avísame. Yo vivo en Albacete.
Hola: llevo un año con mi blog de decoración y lifestyle. De momento he superado el primer año de vida y lo he hecho trabajando a la vez. Me gustaría dedicarme al marketing de filiación. Soy funcionaria y estoy barajando esa posibilidad. Lo malo, lo difícil, lo más complejo, es hacérselo entender a todos los que te rodean y que no te tomen por loca o por caprichosa. Mientras estudias la oposicón todo el mundo te apoya, mientras estudias la carrera también… pero cuando hablas de un blog… La gente confunde este año de excedencia con un año sábatico y la verdad es que necesito horas porque no me bastan las 24 que tiene el día. Mi idea es impulsar el blog con más fuerza, llegar a un determinado número visitas y suscriptores para poder empezar a vender. He llegado a pensar en la posibilidad de firmar la excedencia sin consultar con nadie, ni con mi marido: política de hechos consumados (una semana de malas caras y ya). No es un capricho. En fin, Israel y Cintia, me ha animado mucho este post. Un saludo.
¡Hola Laura!
Me alegro de que te haya gustado y ayudado el post. La verdad es que te entiendo perfectamente. A mi me costó, en primer lugar, salir de mi zona de confort. Dejar un trabajo bien pagado para dedicarme a mi blog era una cosa de locos para mi familia y amigos. La excedencia me ayudó a tener más tiempo para mi, para dedicarme a lo que realmente me apasionaba.
Al principio nadie me entendía ni daba un duro por mi. Pero con el trabajo y las ganas, poco a poco fui tapando bocas. Y es normal. Cuando la gente no entiende o conoce algo, le da miedo e intentan transmitírtelo. Mi consejo es que seas fuerte en ese aspecto, luches por tus sueños y te atrevas con todo 😉
Te deseo todo lo mejor con tu proyecto. Un abrazo fuerte,
Israel